A raíz de la entrada anterior, y leyendo un post del blog “Comunicación Cultural”, sigo reflexionando ante la amalgama de personas ante las que estamos expuestas en las redes.
El correo que tengo adscrito a este blog me ofrece sorpresas a veces al abrirlo tras varios días, encontrándome con gente que quiere unirse a alguna lista o red en la que participo, pero que no tienen relación alguna conmigo (ni intereses comunes, ni profesionales). Cabe reflexionar sobre lo que buscan quienes quieren disponer de una amplia red de contactos, independientemente de qué perfiles reúnan. Esto hace pensar que únicamente desean popularidad frente a la calidad y el uso provechoso que se podría dar del mantenimiento de una red de contactos más afines a uno. Recomiendo la lectura de este texto de Javier Celaya al respecto.
El correo que tengo adscrito a este blog me ofrece sorpresas a veces al abrirlo tras varios días, encontrándome con gente que quiere unirse a alguna lista o red en la que participo, pero que no tienen relación alguna conmigo (ni intereses comunes, ni profesionales). Cabe reflexionar sobre lo que buscan quienes quieren disponer de una amplia red de contactos, independientemente de qué perfiles reúnan. Esto hace pensar que únicamente desean popularidad frente a la calidad y el uso provechoso que se podría dar del mantenimiento de una red de contactos más afines a uno. Recomiendo la lectura de este texto de Javier Celaya al respecto.
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